En donde la arena puso unos cuantos fragmentos de melancolía.
Las cometas habitaron sobre las cuerdas deformes y el maltrecho viento.
Algunas veces convertí mis sueños en pesadillas,
Otras tantas, solo moría.
Lo único que sabía era que no podía observar nada…
Las sensaciones latían impunes, sin pupilas…
Vistiéndome de sales y susurros,
Las risas se agotaban,
Mis cabellos murmuraban fuego,
Cosquilleando impacientemente.
Y alguna sombra abrazó mis piernas,
Me seducía..
Y comprendí su realidad,
Ese olor, ese vuelo de rocíos,
Un ahogo,
Turbio sonido en un impenetrable cielo,
Era mío...